Asesores de Javier Milei abrieron canales de diálogos con buena parte de los gobernadores electos con el convencimiento de que el libertario va a ser el próximo presidente de Argentina. Muchos de ellos están convencidos de que eso se producirá el 22 de octubre y la mayoría piensa que será en el balotaje. Pero nadie duda del triunfo.
Ahora bien, conscientes de que La Libertad Avanza necesitará un fuerte apoyo en un eventual gobierno de Mieli, la estrategia ahora se basa en tender puentes con todas las fuerzas políticas. “Acá nadie come vidrio. Desconozco cuál es la estrategia fina, porque eso lo manejan muy pocas personas cercanas a Javier, pero lo cierto es que si ganamos vamos a necesitar apoyo para gobernar. Y una cosa es lo que se dice y otra lo que tenemos que hacer”, confió un dirigente de LLA.
Desde Córdoba siguen atentos los movimientos de Mieli, ya que los libertarios evalúan la correlación de fuerzas en 2024 y en ese ítem entra a jugar fuerte Martín Llaryora, una de las figuras más codiciadas dentro del nuevo peronismo y mucho más a partir de la “proyección nacional” que le imprimió a su figura a partir del famoso discurso donde habló de los “pituquitos de Recoleta”.
Además, por peso específico, Córdoba es una de las provincias a las que en el comando de La Libertad Avanza le ponen especial énfasis, mucho más luego de la victoria del libertario en las PASO, un resultado que sorprendió a los propios integrantes de la fuerza, particularmente por la buena imagen que mantiene Schiaretti en este distrito.
En ese sentido, no pareció casual que en los dos debates Milei se mostrara conciliador con Schiaretti. En el primero, le preguntó si estaría dispuesto a apoyar su eventual gestión. En el segundo no cambió el tono: le dijo (más que preguntar) que eliminaría las retenciones. “Fueron centros más que preguntas. Javier sabe que puede necesitar a Llaryora y Schiaretti”, añade la fuente consultada.
Los contactos entre Milei y el “cordobesismo” se iniciaron a través de Diego Bossio, candidato a diputado de Hacemos por Nuestro País, pero se profundizaron con Florencio Randazzo, el candidato a vice de Schiaretti y uno de los pocos que mantiene un buen vínculo con Milei en la Cámara de Diputados.
Hoy, visto a la distancia, no parecen casuales los “guiños” que el exministro del kirchnerismo tuvo para con Milei en las redes sociales hace un tiempo, haciendo referencia a la “libertad de elegir candidatos”, situación que en su momento generó algún ruido en el comando schiarettista, pero que rápidamente se disipó.
De hecho, en el debate de los candidatos a vicepredientes que organizó TN, Randazzo fue el único que no confrontó de manera directa con Victoria Villarruel (algunos inclusive incurrieron en descalificaciones). Ese gesto no pasó desapercibido. La propia Villarruel se encargó de remarcar al día siguiente que pidió el teléfono de Randazzo para llamarlo y agradecerle el trato.
Desde la tropa llaryorista piden calma. No saldrán a hablar hasta después de las elecciones del 22 “porque Juan está compitiendo para ser presidente de la Nación”, pero en estricto off reconocen que es “altamente probable” que Milei sea el próximo presidente de los argentinos, inclusive ganando en primera vuelta.
Es uno de los escenarios ideales para las aspiraciones nacionales de Llaryora: con Milei en el poder, el peronismo entraría en ebullición y emergerá con fuerza la nueva generación. “Surge un nuevo peronismo, muy diferente al actual, con alianzas con dirigentes de otras fuerzas políticas, como sucede en Córdoba”, se entusiasman en el campamento llaryorista.
Sin embargo, públicamente no se pegarán a Milei. “Me parece que tiene una visión totalmente unitaria”, dijo el actual intendente en Radio Mitre luego del debate de este domingo.
Con todo, saben que lo que se viene no será fácil: en el medio están las promesas del libertario de recortar las transferencias a las provincias y también la obra pública. Pero todos reconocen que el contexto del país será crítico, por lo que con el resultado puesto el 22 (o en noviembre), se analizará cuál es la mejor estrategia para tender un puente -más directo- con Milei.