Hay algo en estos torneos rocambolescos de 28 equipos –con modificaciones sobre la marcha, tachones, remiendos y más de una improvisación–que quedará como un legado a cuidar: la pelea por el descenso. Lo que sucede abajo es, al menos hasta ahora, mucho más interesante que lo que sucede arriba: no solo por lo reñida e impredecible que está toda esa zona, sino por quienes integran una disputa que altera las posiciones y los casilleros fecha a fecha. “No creo que se cambie en los próximos años”, suelta una persona de peso en la AFA, como para validar una teoría siempre condicionada por los intereses de dirigentes que cambian según la circunstancia de sus clubes.

En este mismo instante –aunque todo pudo cambiar con el partido entre Tigre y Vélez que jugaban al cierre de esta edición– hay diez equipos separados por tan solo tres puntos. ¡Diez equipos en tres puntos! Encima, el morbo –y la expectativa– aumenta porque ocho de esos diez son equipos medianos o grandes, por lo general acostumbrados a pelear cada tanto campeonatos, incluso copas internacionales.

En esa cornisa, por fuera de Arsenal, último en la tabla anual pero además casi condenado por su promedio, se ubica Gimnasia (hoy en puesto de descenso directo), Vélez, Banfield, Colón, Unión, Huracán, Central Córdoba, Independiente, Tigre y Sarmiento de Junín.

Si salimos del anacronismo porteñocéntrico de los “cinco grandes” y empezamos a concebir que el fútbol argentino tiene al menos ocho, diez o doce grandes, como teoriza el periodista e historiador Alejandro Fabbri, podremos decir que Independiente no es el único grande que pelea el descenso en esta temporada. Ahí, bien en el fondo, está por ejemplo Vélez, que juega en Primera División de manera ininterrumpida desde 1944: casi 80 años. Vélez solo estuvo en la B tres temporadas, entre 1941 y 1944. Todo el resto de su historia la jugó en la máxima categoría. Miren si será loco verlo por estos meses sufriendo partidos y puntos para intentar salvarse de algo que ninguna de las generaciones que van a la cancha conocen.

En el lote de abajo también están Gimnasia, Unión y Colón, tres clubes por fuera de la Ciudad de Buenos Aires y del primer cordón del Conurbano, enormemente populares y que hasta hace poco ganaron y pelearon títulos locales, e incluso disputaron internacionales. Si bien los tres estuvieron en la B hace no mucho tiempo –Gimnasia ascendió en 2013, Colón en 2014 y Unión en 2015– entrarían en la lista de 22 equipos con más temporadas en Primera: el Lobo se ubica en la octava posición, Colón en la 18ª y Unión en la 22ª.

Abajo de Gimnasia en esa tabla histórica está Huracán, un viejo grande que hasta 1986 no conocía lo que era jugar en la B y que en estas cuatro décadas descendió cuatro veces. El Globo se acostumbró a lidiar con los promedios, aunque esta vez no es ese cálculo lo que lo obsesiona: la pésima Liga Profesional 2023 lo condiciona, como a todos sus rivales de ese sector.

Independiente es, sin dudas, el club que más ráting le genera a la pelea por el descenso. Aunque la llegada de Carlos Tevez le dio triunfos que lo sacaron de las últimas posiciones, el poco margen entre todos los equipos no le permite relajarse ni a los jugadores ni a sus hinchas: hoy, contra Racing, sabe que saldrá a la cancha a tres puntos del penúltimo de la tabla anual, el casillero que nadie quiere ocupar en estos meses.