El 4 de octubre de 2009 murió Mercedes Sosa, cantante argentina nacida en 1935.

La tucumana es considerada una de las voces femeninas más importantes de América.

Fue tan representativa de la cultura argentina que su día de nacimiento parece un punto de partida previsible para su sentimiento de pertenencia desde el arte.

Mercedes Sosa nació un 9 de julio, día de la Independencia argentina, que se selló en 1816 en su provincia, Tucumán.

No es erróneo pensar y reafirmar que “La Negra” Sosa fue y es la voz más calificada que dio la Argentina, más allá de estilos y géneros.

Desde pequeña, el arte la arropó en un contexto de dificultades económicas que dominó la vida cotidiana de su familia.

A los 15 años ganó un concurso en la radio LV 12 de Tucumán. Se puso otro nombre y apellido porque no quería que sus padres se enteraran de su participación en los medios a través de su notable voz.

El canto y la guitarra fueron las herramientas para introducirse en el universo que admiraba, es decir, en el folklore argentino. 

Esas vías artísticas también la sacaban de convivir con algunos pesares diarios.

A mediados de los 60, fue una intérprete distinguida del movimiento Nuevo Cancionero, expresión artística que integró junto al poeta Armando Tejada Gómez y a Manuel Oscar Matus, su primer marido.

Su impulso creativo la catapultó al mundo discográfico donde grabó su primer álbum en 1962. Se llamó “La voz de la zafra”.

A pesar de la poca repercusión de su placa inaugural, el reconocimiento y la admiración del público llegó pronto, pero no mediante una grabación.

La puerta al camino del prestigio eterno se la abrió otra figura notable del folclore argentino: Jorge Cafrune.

El cantante la invitó a cantar con él en el Festival de Cosquín en 1965.

A partir de esa presentación, el futuro artístico de Mercedes Sosa la esperaba para ubicarla en el altar de las voces.

A fines de los 60, realizó giras por diversas ciudades del mundo y en los 70 grabó con el músico Ariel Ramírez y el historiador Félix Luna.

En esa época registró dos de los álbumes más distinguidos de su carrera: “El Grito de la Tierra” y “Navidad con Mercedes Sosa”.

A su vez, los convulsionados 70 en la Argentina observaron a la artista comprometida con su arte y también con las vivencias políticas del país.

Apoyó causas sociales, fue contestaria a la dictadura militar y vigorosa vanguardista en el arte de cantar y decir. Demasiado en una época sombría.

Sus discos fueron prohibidos por los generales del Golpe de Estado de 1976.

Sin embargo, Mercedes Sosa permaneció en el país hasta 1979 cuando fue obligada a exiliarse. Primero vivió en París y luego en Madrid.

En su ropaje, hecho de apuro por las amenazas castrenses, llevó a pequeño hijo Fabián como así también su prestigio solidificado en la Argentina. Un prestigio que tenía las cualidades para ser admirado en el mundo.

Desde Europa, difundió el folclore y se convirtió en la voz referencial latinoamericana en el Viejo Continente.

En 1982, tras la Guerra de las Islas Malvinas, volvió a su tierra. La Argentina, atravesada de dolor y sangre, encontró en su figura y en su canto un refugio reparador.

Y, en ese canto de resurrección, “La Negra” ofreció una serie de recitales en el Teatro Opera de Buenos Aires, que se tradujo en un disco en vivo llamado “Mercedes Sosa en Argentina”.

Aquella actuación de 1982 fue registrada en un doble álbum que constituyó un éxito de ventas y uno de los discos más importantes de la historia argentina.

A su regreso a la Argentina, “La Negra” fue proclive al encuentro musical con otros intérpretes y compositores, de otros géneros y estilos.

En ese desafío, y con el recelo del folclore argentino en general, Mercedes Sosa buscò y aceptó grabar con sus compatriotas Charly Garcìa, Sandro, Fito Pàez, Rodolfo Mederos, Leòn Gieco, Marìa Graña, Gustavo Cerati y tantos otros.

Milton Nascimento, Shakira, Jorge Drexler y Luciano Pavarotti fueron algunos de los extranjeros que tuvieron el privilegio de compartir también el canto con ella.

Desde los 90 Mercedes Sosa grabó varios discos y diversos temas, tantos como la variedad de reconocimientos que recibió a nivel global.

En Buenos Aires, fue declarada Ciudadana Ilustre, como así también en Tucumán. Además, fue condecorada, premiada y distinguida en Alemania, Ecuador, Estados Unidos, Perú, España y Francia.

Mercedes Sosa, a quien en la intimidad familiar le decían “La Marta”, se despidió de los estudios de grabación con una secuencia de discos que tuvieron el mismo nombre: “Cantora”, donde participaron muchos músicos, de Argentina y el exterior.  

Para ella “cantora” es quien tiene el debe hacerlo, mientras que “cantante” es el que puede cantar.

Antes de morir, pidió que sus cenizas fueran esparcidas en tres lugares de la Argentina:

Tucumán, donde había pasado su niñez y adolescencia: Mendoza, donde había comenzado a cantar en público; y Buenos Aires, donde nació su hijo y pasó gran parte de su vida.

Su grandeza cultural en la Argentina determinó que fuera velada en el Congreso Nacional.

El 4 de octubre de 2009 murió Mercedes Sosa, cantante argentina nacida en 1935. Tenía 74 años.

La historia también es noticia en Radio Perfil. Guion de Andrés Ruíz y locución de Pita Fortín. 

por Radio Perfil

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