El Dr. Tomás Jakob (MN 134.354) nos cuenta cómo afrontar la alimentación con las altas temperaturas y cómo crear conciencia durante el estío.

En verano, el cuerpo reduce naturalmente el apetito y se opta por consumir alimentos más livianos. Además, la digestión es más lenta, lo cual estimula una sensación de saciedad que dura más tiempo.

Por otro lado, la luz solar es indispensable para el estado de ánimo de todo ser humano, ya que estimula la producción de serotonina, la hormona de la felicidad. Al ser los días más largos, la luz solar es más duradera e influye en el estado de ánimo, lo cual genera ganas de moverse y hacer actividad física, trayendo consigo un gasto calórico mayor en comparación a otros momentos del año.

En esta época la preferencia por comidas frescas y voluminosas aumenta y disminuye el aporte de calorías en comparación con las comidas calientes y concentradas del invierno. Sin embargo, es importante destacar que el descenso de peso no es una consecuencia inevitable del verano, ya que cada cuerpo reacciona, y cada individuo actúa, de manera diferente a los cambios estacionales.

5 consejos saludables para el verano

“Hay algo de cierto en la afirmación que sostiene que en verano hay más predisposición al descenso, cosa que en los meses invernales no sucede. El verano trae consigo cambios en nuestras conductas, rutinas y metabolismo que pueden contribuir a la tendencia a la baja”, sostiene Jakob., médico y director de Bariátrica Online,

CINCO HÁBITOS SALUDABLES PARA EL VERANO

1. Mantenerse hidratado es fundamental. El reflejo de la sed es muy precario en el ser humano, cuando tenemos sed ya estamos levemente deshidratados, con lo cual es esencial convertir la hidratación en un hábito. El promedio diario es de 2 litros, la mejor manera de cumplir con esta recomendación es tener en cuenta que por día tenemos que tomar 4 botellitas de 500cc, fácil de contabilizar y transportar. Las frutas, jugos, infusiones frías, licuados, smoothies también pueden ser útiles a la hora de hidratarse.

2. Elegir alimentos frescos y de temporada. Estas opciones tienden a ser más sabrosas, nutritivas y económicas. Se puede optar por usar vegetales frescos para crear ensaladas coloridas y nutritivas, también en preparaciones grilladas que realzan su sabor natural o aprovecharlos en jugos cargados de vitaminas y minerales. Las frutas también son protagonistas y se las puede incorporar en licuados o simplemente disfrútalas como snacks saludables.

3. Evitar las comidas grasosas, ultraprocesadas y fritas, ya que hacen la digestión más lenta y tediosa. En el verano las hormonas hacen que la digestión tarde un poco más es por eso que restringir la ingesta de comidas pesadas evita sentirse sin energía todo el día o tener una noche de terror.

5 consejos saludables para el verano

4. Una circulación sanguínea adecuada es esencial para garantizar que nuestro cuerpo funcione correctamente, especialmente durante el verano, cuando las altas temperaturas pueden hacer que la circulación se ralentice. Al adoptar una dieta más equilibrada y baja en sal, estamos contribuyendo a la salud de nuestro sistema cardiovascular y mejorando el flujo sanguíneo. El sodio no sólo está en la sal de mesa sino en embutidos, chacinados, enlatados y snacks ¿No se puede comer nunca? No, no hay nada prohibido, sólo hay que moderar el consumo y evitar excesos.

5. El verano invita a disfrutar en restaurantes, bares, cervecerías o incluso en la playa, y disfrutar, para el ser humano, siempre va a acompañado de alguna comida. Es por eso que es imprescindible cuidar las porciones, moderar el consumo de alcohol, elegir comidas simples y reducir la comida rápida para ayudar a mantener el equilibrio y disfrutar de forma saludable.

Por último, siempre hay que recordar que todos estos consejos son generales y que la dieta debe estar personalizada, porque no todos somos iguales ni tenemos las mismas necesidades. Nada mejor para poder alcanzar tus objetivo.