Estamos en medio de una revolución tecnológica que está modificando nuestra manera de vivir, trabajar, comunicarnos. La inteligencia artificial (IA) es una tecnología generacional y revolucionaria similar a la electricidad o la máquina de vapor.

Dicho de una forma muy sencilla, la IA consiste en intentar que los dispositivos informáticos piensen y actúen como los humanos. Aunque este concepto se veía como algo lejano y sacado de alguna película de ciencia ficción hace unos años, ya es parte de nuestra vida cotidiana: desde una simple búsqueda en Google, hasta el uso de comandos de voz con nuestros teléfonos celulares.

La IA ofrece inmensas oportunidades para transformar y mejorar el bienestar, la paz y la prosperidad. Gracias a ella, hemos podido avanzar en el descubrimiento de fármacos y acelerar el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades como el cáncer, prevenir y evaluar de riesgos climáticos y muchas tareas más.

Pero la IA no solo permite minimizar procesos y tiempos, también supone un reto muy grande de seguridad, como el procesamiento de datos personales y biométricos, cuestiones éticas, información falsa, creación de imágenes sensibles y mucho más; todo a un simple clic de distancia. Por lo tanto, implementar la IA de manera segura y mitigar sus potenciales riesgos será clave para desbloquear la siguiente etapa del progreso humano.

Por ello, me alegra anunciar que el 1 y el 2 de noviembre el Reino Unido será el anfitrión de la primera Cumbre Mundial sobre Seguridad de la IA, en Bletchey Park. Este evento reunirá a líderes mundiales de la industria, academia, gobierno y sociedad civil para impulsar acciones y políticas internacionales específicas en la frontera del desarrollo de una inteligencia artificial segura.

La naturaleza dinámica de la IA hace que sea difícil predecir si vamos por un buen camino. Las distintas variables, datos con los que se entrena y sus usos finales pueden resultar en millones de posibilidades. Por ello, debemos trabajar en conjunto para entender los riesgos y las posibles soluciones. La cumbre promete una amplia agenda enfocada en la comprensión compartida de los riesgos, avance para la colaboración internacional y transparencia en el desarrollo de la IA.

Los sistemas de IA deben ser transparentes y explicables, de manera que podamos entender cómo funcionan los algoritmos y cómo toman decisiones. Esto nos ayudará a identificar y abordar cualquier posible sesgo o problema de seguridad.

Otro reto es garantizar que la IA sea inclusiva. Los sistemas de IA deben ser diseñados para que puedan ser utilizados por todas las personas, independientemente de su origen, situación social o si tienen alguna discapacidad.

El Reino Unido está comprometido con la inclusión, la IA ética y con un entorno cibernético seguro. Seguiremos trabajando con socios internacionales para desarrollar estándares y directrices para la IA segura. Nos enorgullece liderar el camino en el campo de la inteligencia artificial, y este compromiso se refleja en la importancia que atribuimos a los temas éticos y de seguridad asociados con su evolución.

Estoy segura de que la cumbre será un éxito. El evento ayudará a impulsar el debate global y a crear un futuro en el que la IA se utilice para el bien de todas y todos.

*Embajadora Británica en Argentina.